El impuesto a las Ganancias genera mucho rechazo debido a la falta de actualización de los mínimos no imponibles respecto a la inflación. Esto hace que cada vez más asalariados paguen el impuesto por el sólo hecho de que las remuneraciones crecen para compensar la inflación, indica un reporte del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). Para tener una idea del impacto, en 2000 menos del 10% de los asalariados registrados tributaba, mientras que este año la proporción llega al 25%.
Más aún el caso paradójico es que una familia de clase media es, actualmente, alcanzada por una alícuota del 35% en Ganancias, un porcentaje similar al que suele aplicarse a las grandes corporaciones empresariales.
Por eso, la falta de actualización del mínimo no imponible es sólo una de las distorsiones que provoca la inflación sobre Ganancias, advierte el instituto. La otra es el aumento de las alícuotas. "Esto se debe a que el monto a pagar del impuesto surge de aplicar porcentajes crecientes que arrancan en el 9% de la base gravable y se escalonan al 14%, 19%, 23%, 27% y 31% a medida que sube el ingreso, y llega hasta 35% cuando el ingreso supera los $ 120.000 anuales por encima del mínimo no imponible", indica en su reporte.
Al no actualizarse la escala que define la alícuota con la que se calcula el impuesto, los contribuyentes son alcanzados con porcentajes cada vez más altos. Idea lo ejemplifica así:
• Un asalariado que en 2000 ganaba $ 2.500 pagaba impuesto a las Ganancias con una alícuota del 14%.
• Los salarios en el sector formal de la economía se multiplicaron por ocho entre 2000 y este año. Así, un salario de $ 2.500 en 2000 equivale a casi $ 20.000 en 2013.
• Este año, un salario de $ 20.000 paga Ganancias con una alícuota del 35%.
Según la entidad, estos ejemplos sirven para demostrar cómo la falta de actualización de los parámetros impositivos no solo incrementa la presión tributaria, sino que reduce la progresividad. "De esta manera, se desvirtúa la principal virtud del impuesto a las Ganancias que es lo que explica que sea intensamente utilizado en los países desarrollados", puntualiza.
Se ha llegado a tal nivel de descalabro que una familia de clase media es alcanzada por la alícuota del 35% que es la misma que se aplica a las grandes corporaciones, enfatiza.
La Constitución Nacional delega al Congreso la responsabilidad de definir los impuestos. Sin embargo, "con inflación acompañada por desidia, ignorancia y sumisión de muchos legisladores se impuso un fenomenal crecimiento en la presión tributaria", expresa el reporte. Y acota: "semejante cambio tributario en un país serio sólo podría hacerse a través de una ley, muy discutida y trabajosamente consensuada en el Congreso".
Idesa recuerda que en los debates previos a estas elecciones primarias, Ganancias estuvo en boca y en la agenda de casi todos los candidatos. "Pero prevalecieron los planteos demagógicos ya que muy poco se dijo sobre qué componentes del gasto público se propone reducir para evitar que la menor recaudación de Ganancias no se traduzca en mayor emisión monetaria", finaliza.